Barra de navegación Barra de navegación Barra de navegación Barra de navegación Barra de navegación Barra de navegación Barra de navegación Barra de navegación Barra de navegación Barra de navegación Barra de navegación Barra de navegación Barra de navegación
Barra de navegación
Localización Datos estadísticos Historia de La Fregeneda Entorno natural Galerías de fotos Información del autor Barra de navegación Barra de navegación
Datos estadísticos Recorridos Muelle antiguo de Vega Terrón Muelle nuevo de Vega Terrón Mapa del sitio Barra de navegación
La vía férrea Muelle nuevo de Vega Terrón Mapa del sitio Barra de navegación

Historia de la Línea (I)

Un relato sobre La construcción del tramo de La Fregeneda

               El valle del Douro/Duero ofrece una vía de penetración desde la región portuguesa de Tras-Os-Montes a las provincias españolas de Salamanca y Zamora. Desde el Douro Litoral hasta Pocinho, el valle permite fácilmente tender un ferrocarril en paralelo al río atravesando comarcas donde las márgenes del río se hallan colonizadas por bancales que, escalando las laderas, permiten cultivar las vides de donde se extraen los vinos que luego se llevan a Oporto. El transporte del vino desde Tras-Os-Montes hasta Oporto se hacía en pequeños barcos, que hoy se conservan como reliquia histórica al haber sido desplazados por el ferrocarril.

               En 1862 se efectuaron los primeros reconocimientos del valle hasta la importante ciudad de Régua (Peso da Régua es su nombre completo) con vistas a la redacción del proyecto de un ferrocarril que se dirigiera a España por una ruta más septentrional que la de Vilar Formoso. El 2 de Julio de 1866 fue autorizada la construcción de las líneas que desde Oporto debían alcanzar la frontera española de Valença do Minho/Tui y algún punto del Noroeste de España por el Duero, razón por la que se consolidaron las denominaciones de Linha do Minho y Linha do Douro, que perviven hasta nuestros días.

               La línea del Duero fue comenzada a construir, por el Estado portugués, en el año 1873, terminándose antes del fin de la década de 1870 los tramos más próximos al litoral y los primeros de Tras-Os-Montes. Regua comenzó a ser servida por tren en julio de 1879, cuando España ya estaba preparando su "segunda generación" de ferrocarriles de enlace internacional. Aquí llegamos a un punto de fricción internacional y comarcal, pues los trasmontanos eran partidarios de que la línea del Duero siguiera haciendo honor a su nombre en todo su recorrido y, desde Pocinho, subiera por la comarca de las Arribes, en que el Duero hace de "raya" hispano-lusa, para

Estación Barca d'Alva

Estación de Barca d'Alva © Juan Luis Rebollo Frutos

alcanzar Zamora, capital de provincia española que desde 1864 estaba conectada con Medina del Campo e Irún.

               Sin embargo, el Gobierno portugués prefirió dirigirse desde Pocinho a Barca d'Alva, lugar situado en la confluencia de los ríos Duero y Águeda frente a la provincia española de Salamanca. De esta manera, el objetivo final de la línea del Duero no sería Zamora, sino la capital charra. Para la alternativa zamorana hubo que esperar a que posteriormente se iniciara un segundo ferrocarril desde Pocinho, ferrocarril de vía estrecha que recibió el nombre de linha do Sabor por recorrer parte del curso de este río, para luego seguir por las Arribes del Duero. Sin embargo, esta vía nunca llegó a alcanzar la frontera española, quedándose a pocos kilómetros de ella, en el pueblo de Duas Igrejas.

               Algunas de las personas que más apoyaron la construcción de este ferrocarril fueron D. Adolfo Galante, diputado en Cortes por la comarca de Vitigudino, y D. Ricardo Pinto d'Acosta, presidente del Consejo de Administración de los Ferrocarriles Portugueses, Presidente de la Cámara de Comercio de Oporto, y que también atendía el consulado español en esta ciudad.

                A este último, el rey Alfonso XIII le concedió en 1888 el título de Conde de Lumbrales, en reconocimiento a los servicios prestados para la

billete cp bis
billete renfe

Dos de los últimos billetes de la línea de Fregeneda © Antonio Carabias

puesta en marcha de esta línea que enlaza con los ferrocarriles portuguesesde Beira Alta y Douro. Con esta ruta, que tenía su punto de partida en Oporto, se abrían nuevos mercados a la vez que sería un constante intercambio de relaciones culturales y mercantiles.

                Entre otros motivos para la construcción de la línea, Lisboa anhelaba un acceso rápido directo que la uniera con la frontera francesa de Hendaya sin pasar por Madrid, para así llegar antes al corazón de Europa. Oporto quería un ramal con Medina del Campo, para tener así asegurada la correspondencia en este punto con Hendaya y Madrid, para dar salida a sus productos a través del que se llamaría Ferrocarril do Vale do Douro.

sello fregeneda 2

Sello de la estación de La Fregeneda © Mariano Aguilera (Tte Combinado Renfe)

                En 1864 la Diputación Provincial de Salamanca acordó proceder al estudio de un ramal de ferrocarril entre dicha capital y el muelle de La Fregeneda tocando en las villas de Ledesma y Vitigudino.

                En 1865 la Comisión de Ingenieros y la Junta Consultiva de la Comisión de estadística emitieron un informe en el que hacían una serie de recomendaciones de cara al trazado de una línea de la frontera portuguesa hasta Salamanca. Los ingenieros pensaban que mientras no se definiera el trazado en Portugal no podría hacerse lo propio en la parte española. Vista la orografía portuguesa consideraban "la posibilidad de una línea que siga el curso del Duero, acercándose a Pezo da Regoa, centro de producción en esta parte, y continuando a la Barca d'Alva, en la frontera, y unión de dicho río con el Águeda, calculando que necesitará una longitud de 200 kilómetros, ofreciendo notables dificultades en las escarpadas orillas del Duero, que habría necesidad de cruzar tres veces, construyendo túneles y otras obras costosas."

                Teniendo en cuenta el desnivel entre Barca d'Alva y La Fregeneda, cifrado en 393 m para siete kilómetros en línea recta, proponían seguir por el valle del Duero hasta llegar al Huebra/Yeltes, y subir por él para ganar la meseta de Vitigudino, tras lo cual seguirían hasta Salamanca por Ledesma. Por supuesto este recorrido también planteaba dificultades por la estrechura tanto del Duero como del Huebra/Yeltes en su confluencia, por lo que proponían ir "costeando ambos ríos, pasando por el segundo entre Bermellar y Saldeana y dejándolo cerca de Cerralbo para subir por el valle de Picones, inmediato al pueblo que le da nombre, y a Guadramiro, hasta llegar a Vitigudino, que se halla 643 metros sobre la Barca d'Alva, de modo que será preciso conservar una pendiente casi constante del 15 por 1.000 en los 49 kilómetros que hay de desarrollo, y que probablemente habrá que aumentar, en cuatro ó cinco, para poder distribuirla convenientemente."

                "Después puede ya seguirse inmediato a la actual carretera, existiendo cortos desniveles hasta Salamanca, pasando cerca de Peralejos de abajo y de arriba, Gomeciego, Becerril, Villar de Peralonso, Villaseco de los Gamitos, Zafron, Villarmayor, Golpejas, Parada de arriba, Doñinos de Salamanca y Tejares, con un desarrollo de otros 71 kilómetros, ó sea un total de 125 desde la frontera. Para pasar por Ledesma habría que separarse en Becerril y seguir por las inmediaciones de Pedernal, Sardun de los Álamos, Gejuelo del Barrio y Calzadilla del Campo, hasta dicha villa, pudiendo luego cruzar a la otra margen del Tormes, y continuar inmediato a la carretera, cerca de Frades, Juzbado, Almenara, Valverdon y Villamayor, hasta Salamanca, o bien seguirlo por su orilla izquierda, con un desarrollo próximamente igual en ambos casos, y mayor en cuatro o cinco kilómetros que el trazado directo " (Francisco Coello, 1865).

Puente Internacional

El Puente Internacional del Águeda en los años 1960

                Otras opciones indicadas por la Comisión consistían en partir de algún punto entre Lisboa y Oporto, como pudiera ser en Coimbra o en Mealhada, para entrar en España a la altura de Almeida. O bien una solución mixta, prolongando la línea del Duero hasta Almeida. Sin embargo las consideraban mucho más difíciles y costosas o menos ventajosas que la línea directa por el Duero.


Índice generalVolver a la víaIr arriba