Camino de Cegaviño

               Se trata de uno de los recorridos más cortos, pero también de los de mayor dificultad para la vuelta ya que tiene pendientes muy acusadas aparte de prolongadas. Se puede salir del pueblo por la calle junto al pozo de las eras o calle del Charaices.

               Apartándose un poco del camino y rodeando una casa que se encuentra unos cien metros más allá del Pozo de las Eras, puede llegarse al «Caño del Charaíz», que se encuentra escondido detrás de unas peñas, justo donde la humedad es más abundante. Uno de los pocos sitios donde se puede encontrar hierba verde en verano. A pesar del nombre, se trata de un manantial que brota allí mismo. Es una de las fuentes del arroyo Lugar, que en este tramo es conocido como «arroyo de los huertos».

                Siguiendo por el camino y después de una bajada aparece el caño de las Palomas, que siempre suele tener agua y suele ser un lugar habitual de abrevadero para caballerías. En este punto el camino se divide en tres: El que sube a la izquierda lleva directamente a las eras y de vuelta al pueblo; El que sube de frente se dirige hacia la zona de la Mesita de los Curas. Hacia la derecha se encuentra el camino que nos ocupa. A poco de pasar esta encrucijada hay un apartadero a la derecha por donde se llega a la llamada «Fuente Olvidera», con agua muy fresca y muy fina, buena para dolencias de estómago.

               A partir de aquí el camino no tiene ya pérdida hasta el río. Después de una ligera subida de alrededor de 600 metros de longitud, existe una bifurcación donde puede haber confusión. Eligiendo el camino de la derecha empieza la pronunciada bajada que caracteriza este camino. Son tres tramos rectos con una pendiente casi constante de un 17%, tras los cuales el camino se nivela otra vez. Desde el alto anterior puede observarse el lugar del tumbo de la Caldera hacia un lado y la zona de la Peña Redonda y la torreta hacia el otro

               Después de doblado el recodo y recorrido aproximadamente un kilómetro se termina el camino bordeado hasta entonces por dos muretes de piedra, y empieza un sinuoso sendero de poco más de 25 cm de ancho por el que solo cabe una persona, que nos llevará hasta el río. Este sendero es habitualmente utilizado por caballerías para acceder a las fincas situadas en esta parte.

                Al llegar a una pequeña roca que marca el final del terreno nivelado y empieza el barranco del Águeda, se encuentran dos cercos rectangulares de piedras, probablemente correspondientes a antiguas casas derruidas en épocas pasadas. Es también un buen mirador que se asoma al río, con unas vistas interesantes.

               A media bajada se encuentra la vía del ferrocarril, a la que se puede llegar saliendo del sendero poco antes de llegar a la altura del túnel 11, y recorriendo campo a través unos cien metros entre el lateral del túnel y una finca de chumberas. El sendero pasa justo por delante de una de las entradas de este túnel.

               Siguiendo el sendero, la bajada continúa y llega un momento en que se pierde de vista la vía y se ve al fondo una finca con chumberas y olivos. Ese es el sitio al que hay que llegar. Desde ahí hasta el río el sendero casi desaparece, aunque existe una bajada entre varios peñascos hacia un sector del mismo donde hay una pequeña playa. En esta zona la corriente es muy fuerte y ha erosionado las rocas de formas curiosas.

               Durante la bajada pueden tomarse algunos atajos para acortar determinadas curvas a cambio de una pendiente mayor, aunque en el tramo final, después de la vía, no conviene abusar de ellos ya que es fácil perder el sendero.