A la caída de Roma, los visigodos, un pueblo contratado por los romanos para la defensa del imperio frente a las invasiones germánicas, se hicieron cargo de la Administración, impidiendo que la Península Ibérica cayera en el caos que imperó en el resto de Europa durante este periodo. De esta época son las diferentes tumbas que se encuentran en la zona del Gusendo y cerca de la Rivera de Froya. Procedentes de los siglos VI o VII, son similares a las que se encuentran en los términos de Hinojosa de Duero y Sobradillo. En los dos emplazamientos funerarios localizados hasta la fecha, se observan diferentes tipologías de enterramientos. Desde los que son simples agujeros rectangulares sin orientación del cuerpo hasta los que tienen una forma definida. Estas formas pueden ser trapezoidales o fusiformes, estas últimas con o sin hueco para la cabeza. Algunas disponen de un canal que las rodea para evitar la entrada de agua. La orientación de las mismas es aleatoria, aunque son mayoría las que están orientadas al este. En su mayor parte la orientación era decidida en función de la disponibilidad del macizo granítico. A partir de aquí se pierde todo rastro humano durante siete siglos. Los topónimos que han llegado a nuestros días pueden indicar algo. Un ejemplo es el del lugar conocido como Castilmoro. Habría existido en la zona un castillo árabe que podría haber sido el origen de un primitivo asentamiento junto al Duero. |
La fuente del Pozoabajo después de su restauración a mediados de los años 1990 |
Las referencias históricas más antiguas de que se tiene noticia es que La Fregeneda ya existía en el siglo XV. Se dice que durante los siglos XII y XIII la comarca, repoblada por Fernando II de León, perteneció a la Orden de los Templarios, que la regían a través de un abad (o abadón), del que la comarca ha tomado su nombre (Abadengo). Tras la disolución de esta Orden en 1311 por una bula papal de Clemente V, los doce municipios comprendidos en el Abadengo se repartieron entre la diócesis de Ciudad Rodrigo y la Orden de los Hospitalarios de San Juan (Orden de Malta). En la época de la repoblación, y con el fin de estabilizar la frontera, era frecuente la construcción de torreones llamados “atalayas” en los lugares más elevados para prevenir la llegada de posibles invasiones. Estas torres de vigilancia se construían de forma que desde una cualquiera fueran visibles las dos más cercanas para poder enviarse señales. En La Fregeneda existen lugares que recordarían la existencia de tales edificaciones defensivas. Lugares como La Atalaya (dos sitios son conocidos con éste nombre: el alto del antiguo cementerio y la cima donde se alza el nuevo depósito de agua), la Atalaya de Zambullo o La Torrecilla, todos ellos elevaciones naturales sobre valles con vistas a territorio no conquistado. |
Dos tumbas cerca del Froya que muestran un canal hidrófugo y nivelación de bordes |
Muelle antiguo de Vega Terrón (arriba) Plaza de España con la Iglesia y la cruz de los caídos (derecha) |
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Cuando se hubieron retirado los franceses el rey Fernando VII puso en marcha un real decreto de 1799 que ordenaba que todos los titulares de "oficios enajenados de la Corona" presentaran los mismos al gobernador del Consejo de Hacienda con el fin de determinar los títulos legítimos y emitir una confirmación de los mismos. En este caso se encontraba el título de privilegio de La Fregeneda, y a tal efecto se tuvo que presentar el mismo y entregar a la Caja de Crédito Público la cantidad de 2.500 reales de vellón en concepto de derechos de emisión del título de confirmación de dicho privilegio, confirmación extendida el 1 de abril de 1816. Los sucesos revolucionarios que sacudieron Portugal en 1846 y 1847 se dejaron sentir también en La Fregeneda como localidad fronteriza. En mayo de 1846, unos 30 soldados portugueses que habían decidido desertar se entregaron a las fuerzas españolas en Fregeneda. A cuenta de estos acontecimientos el paso fronterizo se interrumpió, con lo que había detenidas en Fregeneda unas 20.000 fanegas de trigo. Algunos barcos de carga fueron detenidos por las autoridades militares portuguesas. En abril de 1847 se refugiaron en Fregeneda más de 40 familias emigradas entre las que se encontraban las autoridades principales del concejo de Vilanova de Fascoa. Para vigilar la frontera se establecieron dos líneas de operaciones: una desde La Fregeneda a Alcañices, que sería vigilada por una columna compuesta de un escuadrón y dos compañías de infantería, y otra desde La Fregeneda a Ciudad Rodrigo. El 26 de junio de 1847 salió para Fregeneda el comandante general de Salamanca con una pequeña escolta al objeto de establecer en Fregeneda un puesto de observación por si se internaban en España algunas partidas de revolucionarios. Por este motivo salieron para dicho pueblo al día siguiente una compañía del regimiento de infantería de Aragón y 60 caballos del de Villaviciosa. La segunda mitad del siglo XIX se caracteriza por la construcción en La Fregeneda de cuatro grandes obras, todas en el campo de las comunicaciones: la construcción del Muelle de Vega Terrón entre 1856 y 1860; la carretera que une dicho Muelle de Vega Terrón con Salamanca entre febrero de 1857 y 1869, haciéndose uso para ello del puente medieval que cruza el río Huebra, que fue restaurado; el tendido del telégrafo, con estudio hecho por Justo Ureña, nombrado al efecto el 31 de marzo de 1862, establecía comunicación entre Portugal, Salamanca y Ávila, y se construyó entre 1863 y 1864 y la de la vía férrea, iniciada el 31 de agosto de 1883 e inaugurada el 8 de diciembre de 1887 con la asistencia de Su Alteza Real la Infanta doña Isabel de Borbón. El 6 de agosto de 1888 se celebró en Fregeneda la subasta para "la adquisición de un reloj de torre, sistema Moretz de Jura del número 9, de 30 horas cuerda, con horas, medias y repetición de aquellas", con un presupuesto inicial de 3.000 pesetas. Asimismo, el 15 de enero de 1891 tuvo lugar la subasta para la construcción de Escuelas y Casa Consistorial, adjudicándose finalmente a D. Tomás Melona en la cantidad de 15.400 pesetas en lugar de las 19.000 iniciales. En octubre de 1909 se inaugura el alumbrado eléctrico en Fregeneda, con grandes festejos en todo el pueblo. A comienzos del siglo XX se produjo un relanzamiento de la actividad comercial, principalmente ganadera, en la comarca; con la creación de cámaras de comercio y delegaciones de las mismas en las poblaciones estratégicas. La cámara de comercio de Salamanca, creada por real decreto de 9 de abril de 1886, después un periodo de estancamiento, crea, tras la Ley de Bases de 1911, las delegaciones de Candelario, Guijuelo, Fuente de San Esteban, Fuentes de Oñoro, Fregeneda y Cantalapiedra. Este fenómeno asociativo continuó a nivel local años después, creándose en La Fregeneda la Sociedad Agropecuaria de Tierra y Ganados en junio de 1929. A lo largo del siglo XX la comarca ha seguido arrastrando las consecuencias derivadas de la guerra hispano-portuguesa del siglo XVII. El muelle de Vega Terrón y la puesta en marcha del ferrocarril aliviaron la situación, pero el cierre del muelle en los años 20 y la reducción de servicios ferroviarios a partir de los años 60 iniciaron un periodo de recesión económica y de población. Dicha población se distribuía de la siguiente manera según el censo de 1910:
Esta recesión se notó también en la reducción de servicios, junto con la retirada de algunas empresas que dejan de ser rentables, como la mina de estaño. La Fregeneda se queda sin médico propio, sin guardia civil y sin ferrocarril a partir del 1 de enero de 1985. Gran parte de la población emigra a las grandes ciudades con el consiguiente abandono de parte de la actividad agrícola y ganadera. |
Monumento a la flor del almendro, hoy desaparecido |
Celebraciones de la fiesta del almendro |
El nuevo muelle de Vega Terrón antes y después de la construcción del nuevo Puente Internacional que se ve al fondo |
El 11 de abril de 1997 se aprueba un escudo heráldico para La Fregeneda publicado en B.O.E. del 10 de mayo del mismo año, con la disposición que se muestra abajo.
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El 11 de abril de 2002 las Cortes de Castilla y León declaran todo el término de La Fregeneda y una serie de municipios a lo largo de unos cien kilómetros de frontera con Portugal como parque natural, con la denominación de "Parque Natural de Arribes del Duero". Este parque se complementa con el ya declarado en 1998 por las autoridades portuguesas " Parque Natural do Douro Internacional ". El parque tiene una superficie total de 106.105 hectáreas y cuenta con una afluencia de visitantes estimada en unos 4.700 al año. Los objetivos declarados con esta intervención son: la conservación y mejora de los recursos naturales de la zona. la protección de especies amenazadas. la promoción del desarrollo socioeconómico de las poblaciones de la zona, mediante el uso sostenible de los recursos naturales. el impulso del conocimiento y disfrute de sus valores naturales y culturales, desde los puntos de vista educativo, científico y turístico. el compromiso de inversiones suficientes en materia de crecimiento sostenible para incrementar el nivel de rentas de los habitantes del espacio natural. la potenciación de la identidad cultural y tradicional de los municipios de la zona estableciendo las medidas adecuadas para la conservación y restauración de su patrimonio cultural, arqueológico, histórico y artístico. |
El 30 de marzo de 2009 el Ayuntamiento de La Fregeneda aprueba una bandera para ser usada junto al escudo.
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