Para empezar este camino hay que ir primero hasta la fuente del Pozoarriba, durante mucho tiempo tapiada y en evidente estado de deterioro y abandono, así como su entorno, que contaba con un caño-abrevadero para caballerías y dos lavaderos, ambos conectados con el caño y después casi enterrados. El nivel del terreno subió en más de medio metro en los últimos cuarenta años del siglo XX. Últimamente ha sido sometida a un lavado de cara y una restauracion muy personal, que sin embargo no desmerece del conjunto. |
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En su época existían dos pilas a diferentes alturas, estando la más baja casi al nivel del arroyo. Esta se utilizaba para el primer lavado y cuando la ropa ya estaba limpia se pasaba a la pila superior para el aclarado. El agua era suministrada por los excedentes del caño a través de un canal de granito de unos tres metros de longitud situado al nivel del suelo, de forma que no estorbara al ganado que se colocaba alrededor del caño para beber o a los carros o personas que iban a la fuente a buscar agua.
Sobrepasándolo se encuentra un pequeño puente de arco de medio punto que cruza el curso alto del arroyo Lugar, que a esta altura es apenas un regato. De hecho estamos cerca de su nacimiento. Pasado el puente y un poco más allá hay una bifurcación de la que hay que escoger el camino de la izquierda, que sale casi perpendicular al camino principal. |
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Es un camino bastante placentero que se recorre sin apenas dificultad, con solo algunas subidas y bajadas. En los márgenes pueden encontrarse algunos chozos de piedra utilizados para resguardarse de las inclemencias del tiempo.
Después de una bajada existe una bifurcación. El camino continúa de frente, pero dirigiéndose hacia abajo puede llegarse a una finca en la que existen restos de tumbas visigodas de los siglos VI y VII. Se encuentran justo al final, donde hay un chozo con el tejado caído. Una de ellas junto a la pared y otras dos al otro lado de la misma junto al chozo. |
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En el tramo final el camino se convierte en sendero y se difumina hacia la cima de un monte ya con el cauce del Froya a la vista. También desde aquí se divisa el puente ferroviario que lo cruza y el vecino pueblo de Hinojosa de Duero en el horizonte. En este sitio pueden verse numerosos restos de excavaciones de jabalíes en busca de raíces, por lo que no está de más extremar las precauciones por lo que pudiera ocurrir. |
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