Los membrilleros se localizan dispersos en algunos sitios. Se caracterizan por un fruto amarillo intenso, con forma de pera o manzana y recubierto de una especie de pelusa blanca que se desprende al frotarlos. Maduran a comienzos del otoño. Se cultivan para la obtención de mermelada, ya que el fruto crudo es bastante duro y tiene un sabor seco y agrio.
El terebinto o cornicabra es una planta arbórea que crece en altitudes bajas. En la zona se localizan ejemplares cerca de los ríos y en sitios cálidos. Tiene hojas coriáceas, lanceoladas y de borde liso. El fruto son unas bayas que varían del rojo al negro, y que se agrupan en forma de grandes racimos. Con frecuencia presentan agallas, que la planta utiliza para defenderse de determinadas infecciones. Estas tienen forma de cuerno de cabra, de ahí su nombre.
Las higueras se cultivan en huertos y fincas, aunque también se las puede encontrar silvestres. Es un árbol que puede alcanzar hasta diez metros de altura y está muy ramificado. Su madera es de poca consistencia. Tiene hojas grandes de cinco lóbulos. Su fruto son los higos, que maduran de junio a septiembre, y se comen tanto frescos como secos.
Es un árbol en el que la flor sale antes que la hoja. Aunque la floración suele ocurrir a finales de febrero, algunos ejemplares precoces ya tienen flor en enero. De hecho, en zonas bajas cercanas al río la floración se adelanta. El color de los pétalos varía según la variedad, de blanco puro a rosado fuerte. La almendra madura a finales del verano y la recogida empieza en agosto, aunque algunas variedades no abren hasta octubre o no llegan a abrir. |
Almendro
El almendro es el árbol por excelencia de La Fregeneda. Se cultiva en grandes cantidades, y a finales del invierno es todo un espectáculo contemplar los campos cubiertos de un color blanco rosado. La recolección del fruto se realiza en explotaciones de tamaño pequeño a mediano y la mayoría suele ponerse a la venta a través de intermediarios.
El proceso de recogida tradicional se realiza con varas, aunque las grandes explotaciones utilizan sistemas mecánicos de removida del árbol. Estas explotaciones se componen de árboles no muy grandes que dan mayor rentabilidad. De todas formas cuando el árbol supera los cinco metros o el tronco engruesa bastante, la recogida siempre es complicada, por lo que se opta bien por una drástica poda o por la plantación de ejemplares nuevos. |
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La densidad del cultivo se reduce a 117 olivos/ha. El rendimiento de estos olivares es muy bajo, con una media de 10,16 Kg/árbol, dedicándose el total de la producción a la obtención de aceite. La principal variedad cultivada en la zona es la manzanilla que ocupa más del 80% de la superficie de olivar en la provincia. Es una variedad de doble aptitud y bastante productiva, considerándose una aceituna de mesa de excelente calidad.
La media de edad de estos olivares es elevada, sobrepasando generalmente los 60 años. Algunos olivares pueden alcanzar incluso los 400 años y han comenzado a regenerarse después de varios años de semiabandono. En la provincia, únicamente existen dos almazaras que han incorporado las modernas tecnologías de extracción (Sotoserrano y Aldeadávila), las cuales producen la mayor parte del aceite de Salamanca. A pesar de ello, siguen funcionando pequeñas almazaras con medios tradicionales (rodillos de piedra y capachos) en pequeños pueblos de las dos comarcas olivareras (Arribes y Sierra de Francia). |
Olivo
El cultivo del olivo es el principal de la zona. Los suelos en los que se encuentran estos olivares están dentro del grupo de «meridionales-ácidos», su textura es areno-limosa y los valores de pH oscilan entre 5 y 5,5. Están asentados sobre roca granítica y en algunos casos sobre pizarra. Son de escasa profundidad y elevada pendiente lo cual hace necesario que en muchos casos el cultivo se realice en bancales. La climatología de las zonas olivareras es la más benigna de la provincia. Corresponde a un clima «semicálido-húmedo», la temperatura media anual es de 12 ºC y está prácticamente libre de heladas durante todo el año. Las precipitaciones anuales son de unos 800 mm, muy mal distribuidos a lo largo del año. La mayor parte de la precipitación se produce en los meses de otoño-invierno. Esta circunstancia, unida a la escasa capacidad de retención de agua de los suelos y a la elevada pendiente, hace que el agua pase inmediatamente a formar parte de las aguas libres.
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El benigno clima propicia cultivos exóticos como el limonero, propio de zonas mediterráneas y de origen asiático. Da muchos frutos a lo largo de todo el año. Es un árbol pequeño de no más de cinco metros. Sus ramas tienen espinas. Tiene hoja perenne y flores de color blanco muy olorosas.
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Jumbrio
Un árbol considerado prototípico de La Fregeneda es el jumbrio o enebro, que crece silvestre en grandes cantidades. Tiene forma cónica y hojas en forma de aguja parecidas a las de los pinos, aunque más resistentes y más afiladas. Puede alcanzar 15 m de altura. Su madera, de gran dureza, se utilizaba tradicionalmente como vigas para tejados. Su fruto es la base de la ginebra. Los jumbrios suelen llenar laderas enteras sobre todo en zonas soleadas cercanas al río.
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Los eucaliptos son árboles escasos y claramente introducidos. Eran plantados por su sombra, al tener hojas de gran tamaño, su rápido crecimiento y su buen olor. Absorben mucha agua por sus raíces, que desprenden por sus hojas, por lo que se los utiliza para secar pantanos.
Desprenden unos inhibidores químicos que impiden el crecimiento de cualquier otra planta a su alrededor que pueda competir con ellos por el alimento.
Su aparición está ligada a la llegada del ferrocarril. Se los colocaba en estaciones y casillas de mantenimiento. Prácticamente no hay casilla sin su eucalipto. A veces la casilla ha desaparecido, pero el árbol sigue marcando el sitio.
Son árboles llamados pirófilos. Su rápido crecimiento solo es comparable a su capacidad de recuperarse tras un incendio. En Australia, de donde son originarios, el fuego forma parte de su ciclo vital. Alcanzan una gran altura, superando los 70 metros. Son conocidos por sus hojas en forma de guadaña y sus frutos en forma de campana que contienen las pequeñas semillas de este gran árbol.
El álamo temblón es el más característico de la familia, con su típica forma cónica y su tronco recto y blanquecino cuando son jóvenes. Dicho tronco se agrieta y oscurece con el tiempo.
La hoja es de forma ovalada y muestra un borde con dientes estrechos. Estas hojas cuelgan de unos pedúnculos tales que el menor soplo de viento las hace oscilar, produciendo un ruido importante.
Si en general los árboles de gran tamaño son escasos en La Fregeneda, exceptuando carrascos y alcornoques, esto también ocurre con los álamos, aunque pueden haber sido bastante abundantes en otras épocas. Son árboles que se caracterizan por un tronco recto y delgado de corteza gris blanquecino y hojas de envés plateado. Su madera es blanda y se utiliza en la fabricación de cajas de embalaje y cerillas entre otros.
El álamo cano se caracteriza por un envés blanquecino cubierto de un vello suave. Esto ocasiona un gran movimiento de hojas con el viento, lo que produce un ruido característico con viento fuerte.
Pueden localizarse varias especies de álamos, aunque nunca en gran número. Entre ellos se cuentan el álamo temblón, el cano o el negro.
El álamo negro tiene una hoja más oscura, de ahí lo de negro, de forma rómbica con finos dientes. Suelen tener una forma alta y más estrecha que otros álamos, con un tronco recto y poco ramificado.
Estos árboles de color ceniza se encuentran con relativa frecuencia junto al río y otras zonas húmedas. Tienen hojas alargadas de color verde ceniza, de punta redondeada y de borde algo aserrado. No suelen formar árboles grandes, extendiéndose bastante a lo ancho a ras del suelo. A veces se adentran incluso en el agua.
Los fresnos son los que tradicionalmente dan nombre a La Fregeneda y antiguamente debieron ser muy abundantes. Es un árbol grande que puede llegar a los 40 metros de altura. Al igual que el almendro también tiene una floración temprana. Tiene unas hojas fácilmente reconocibles formadas por racimos de entre 9 y 15 hojuelas.
La mimbrera, muy habituada a entornos húmedos o encharcados, se caracteriza por tener unas largas ramas que quiebran con facilidad, de ahí su nombre de sauce frágil. Sus hojas son largas y de borde aserrado.
Los olmos sufrieron a finales del siglo XX una plaga de hongos que los diezmó drásticamente, desapareciendo de muchos sitios. Estos hongos forman una serie de galerías en el tronco destruyendo las conducciones de la savia.
En La Fregeneda aparecen ejemplares aislados en determinados sitios, formando a veces grupo con otras especies como álamos y sauces. Tienen hoja ovalada de borde aserrado.
Junto a las zonas carrascosas pueden encontrarse pequeños grupos de alcornoques, utilizados a veces para aprovechar su corteza en la extracción de corcho.
Son especialmente frecuentes en zonas húmedas de valles con arroyos, con poca incidencia de luz solar a lo largo del día. Tienen una madera roja y muy dura. Producen un fruto en forma de bellotas como robles y encinas.
El carrasco o encina carrasca es uno de los árboles de mayor porte que aparecen en la zona. Crece silvestre en fincas abandonadas, donde los ejemplares jóvenes sustituyen rápidamente a los cultivos originales. En algunas partes llegan a formar pequeños bosques, entremezclándose con algún reducido grupo de alcornoques. Posee hojas lanceoladas de borde liso y unas bellotas más prominentes que las del roble.
Cerca del río pueden verse multitud de chumberas, algunas de ellas de gran tamaño y extensión. Se componen de hojas carnosas grandes recubiertas de multitud de puntos de donde salen grupos de finas agujas, muchas de las cuales son difíciles de ver a simple vista. La flor, de color amarillo, sale a mediados de primavera, mientras que el fruto no madura a veces hasta entrado el otoño.
El escaramujo o garbanciñera es una planta arbustiva muy espinosa de hasta dos metros de altura. Tiene hojas ovaladas de borde aserrado y de pequeño tamaño, flores encarnadas y fruto en forma de bayas rojas, que se utilizan para la realización de infusiones o mermeladas. También conocido como rosal silvestre o zarza rosa, se suele encontrar con frecuencia al borde de los caminos.
Una de las plantas herbáceas relativamente frecuentes es el torvisco. Una planta venenosa cuyo fruto es una especie de baya roja. Alcanza hasta un metro de altura y tiene hojas estrechas lanceoladas de aproximadamente 4 cm de largo por uno de ancho. Es también una planta de clima mediterráneo.
El hinojo también suele encontrarse con frecuencia en los márgenes de los caminos. Es una planta de hasta 1,5 metros de altura que llama la atención por sus flores amarillas, por sus umbelas de 12 a 30 radios y por el sabor anisado de sus capullos cuando están verdes. Se utiliza a veces para endulzar aceituna.
No muy frecuentes son las moreras, aunque de vez en cuando se encuentra algún ejemplar aislado. La morera negra es de hoja verde oscuro de forma acorazonada con borde aserrado, a veces de gran tamaño. Su fruto es la mora, que es similar a la de la zarzamora aunque no tan esférico y si más alargado, de hasta 3 cm de largo, y pasa sucesivamente de blanco a rojo y luego a negro.
El ailanto o árbol del cielo es un árbol que aparece siempre ligado a las construcciones humanas. Un árbol de hoja caduca que puede elevarse hasta 25 metros con un tronco casi siembre recto. Los ailantos jóvenes muestran un tronco recto de color rojo. Sus hojas multifoliadas llegan a alcanzar los 50 cm. No vive más de 60 años y suele crecer en ruinas de edificios antiguos.
Tomillo blanco Tomillo burrero
El tomillo es una planta aromática relativamente abundante en parte del término. Al igual que el hinojo también se utiliza para endulzar aceituna. El tomillo blanco, que es el que se utiliza, se distingue por tener unas hojas pequeñas de color verde ceniciento y es bastante escaso. Más frecuente es el llamado tomillo burrero, de hojas más grandes y unos tallos de flores violetas.
El lirio campestre es una planta pequeña, cuya flor sale directamente del bulbo y consta de 6 pétalos entre los que se esconden 6 estambres. Florecen al final del verano y salen enseguida en cuanto llueve un poco en descampados, caminos y campos sin cultivar.
La colleja es una planta anual de unos 50 cm con tallos rectos cubiertos de pelusa Tiene flores de 6 pétalos en racimo. Crece en suelos arenosos cerca del río.
La dedalera es una planta que crece en espacios abiertos entre otras plantas herbáceas. Se caracteriza por sus flores acampanadas como dedales y color fucsia fuerte. Se encuentran dispuestas en racimo. Es ligeramente tóxica. El sabor dulce de sus flores le ha granjeado el apodo de chupamieles.
Los gamones crecen habitualmente en zonas rocosas cerca de los cauces fluviales. Tienen tallos rectos y simples de hasta 1,5 metros de altura. Se caracterizan por una gran inflorescencia (el gamón propiamente dicho) formada por gran cantidad de flores blancas de seis pétalos cada una.
Las esparragueras no están muy extendidas, pero de vez en cuando se encuentran algunas. Tienen un tallo recio que alcanza hasta 2 metros de altura, y que se ramifica en multitud de hojas espinosas.
Los frutos salen en forma de bayas de color verde que se oscurecen al madurar y que son ligeramente venenosos. Aparecen en claros del terreno. La parte comestible son los tallos o brotes jóvenes.
Similar a la retama aunque con hojas más grandes y tallos de verde más claro, aparece la llamada retama loca, otra planta mediterránea que prefiere laderas soleadas y alejadas de zonas húmedas.
Pierde muchas hojas en invierno sin llegar a perderlas todas. Presenta multitud de frutos carnosos de color rojo, similares a los del torvisco, aunque se dice que estos son comestibles.
Esta planta, es realmente escasa en la zona. Presenta multitud de hojas lanceoladas con bordes ondulados y un gran bulbo de hasta 15 cm de diámetro. Cada año produce una roseta de hojas y una gran inflorescencia de flores blancas de hasta 1,20 metros de altura. Florece en verano y las hojas salen en otoño. El bulbo es venenoso.
Una planta similar a la escoba es el piorno, que muestra un aspecto parecido, aunque con ramas más recias terminadas en púas muy afiladas. Se localiza frecuentemente en laderas de arribe, en suelos rocosos, mezclándose con retamas, enebros y otras plantas.
La retama de la variedad albar o blanca es muy abundante. Se trata de una planta con muchas verdascas o ramas delgadas, largas, flexibles y de color verde ceniciento, hojas muy escasas que se caen con facilidad y pequeñas flores blancas en racimos laterales. Dichas flores salen muy pronto, ya en febrero. La flor de la retama cambia el aspecto del campo a finales del invierno.
La lechetrezna es una planta perenne de hasta 45 cm, que muestra inflorescencias en forma de copa con entre 9 y 16 radios. Su savia, de color blanco y ligeramente venenosa, se ha utilizado para pesca ilegal, aunque también para eliminar las verrugas.
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La mora procedente de zarza es bastante abundante a finales del verano. Si no ha llovido lo suficiente no suelen lograrse buenos ejemplares, aunque en zonas húmedas donde llega poco el sol no suelen tener problemas. La zarza es una planta que tiene pocos requerimientos de casi todo y crece prácticamente en cualquier parte, incluso entre las rocas.
La granada silvestre es rara en la comarca aunque su cultivo da bastantes satisfacciones al ser un clima propicio. Con frecuencia alcanzan un gran tamaño. El árbol en sí no suele superar los 3 ó 4 metros y los frutos son esféricos con la clásica corona en el extremo. Maduran a comienzos del otoño, en los meses de septiembre y octubre.