La ruta de la vía férrea (V)

               Una vez en el exterior nos encontramos de frente con el puente de Morgados, con una respetable altura que puede ocasionar un disgusto si ocurre un accidente. La pasarela de madera parece estar en buen estado. Sin embargo no está de más extremar las precauciones si se decide atravesarlo, procurando poner el pie al mismo tiempo en dos de las tablas a cada paso y preferentemente cerca de los pernos de sujección de las mismas. Es un puente con dos pilares troncopiramidales de cantería de planta rectangular y tablero de reja de hierro. Tiene una altura de 28 metros y una longitud de 105. Normalmente se habría construído un muro de contención, pero había que ahorrar piedra.

               La alternativa si no hay seguridad de atravesarlo es rodearlo. Por la izquierda es un suicidio, ya que la pendiente es muy pronunciada y podrían necesitarse incluso útiles de escalada (foto de la izquierda). Existe un sendero estrecho por el lateral derecho del puente, aunque hay un árbol que lo tapa en parte (foto de la derecha) y hay un trozo de piedra lisa con cierta pendiente, por lo que hay que ir con pies de plomo y agarrándose al árbol. La forma más segura, aunque más dificultosa, es rodearlo por arriba, retrocediendo la vía hasta encontrar un sendero que asciende el risco (foto inferior) y reintegrarse a la vía pasado el monte que aparece al final del puente en la foto de arriba a la izquierda.