Noticias de la prensa sobre la línea férrea de La Fregeneda

Buena parte de los inmuebles ferroviarios de la provincia es pasto de la incuria

Los tiempos áureos del ferrocarril dejaron su huella en cada pueblo

- corresponsales -
SALAMANCA

Del trasiego de trenes, cada vez menor, dejan constancia las estaciones y apeaderos levantados antaño en numerosos municipios, muchos de los cuales han sido pasto del olvido, otros que a duras penas mantienen su actividad y otros de los que no queda casi ni el recuerdo.

"¡¡Devolvednos el tren!! ¡coño!». Una vieja pintada, junto a otra con la misma letra que la firman los quintos del 87, recuerda a los albenses la pérdida de la línea férrea Ruta de la Plata, efectiva desde el 1 de enero de 1985. Ese día se perdió la comunicación ferroviaria norte-sur en toda la provincia, lo que dejó a Alba de Tormes únicamente comunicada con la capital a través de la carretera de titularidad autonómica CL-512. Más de veinte años después, las dos estaciones por las que transcurría el tren en las Tierras de Alba, la de la capital comarcal y la de La Maya, presentan imágenes muy diferentes. La primera está muy deteriorada, con agujeros en las paredes; la segunda luce encalada y con las ventanas pintadas de un brillante verde, eso sí, chapadas.

De Puerto de Béjar a Valdunciel

La estación de Alba ha dejado de ver pasar trenes, pero no así pasajeros. Durante un tiempo estuvo ocupada por una familia de etnia gitana, según recuerdan en la villa. Por allí también pasan visitantes cariñosos de vez en cuando, porque un viejo somier aguanta en el recibidor del edificio de pasajeros. Y vándalos, que dejaron sus firmas en las agrietadas paredes. La estación ha envejecido rápidamente, expide un olor nauseabundo, casi a muerto, quizá porque también ha padecido un incendio que ha ennegrecido algunas de sus tabiques.

Su hermana de La Maya (ambas son hijas de la estética desarrollista de los cincuenta que impuso el modelo de estación blanca de ladrillo de dos plantas

Cuando el ferrocarril vivía sus tiempos de máximo esplendor en la provincia seis líneas enlazaban puntos estratégicos de la geografía nacional e internacional con Salamanca. Fuente de San Esteban - Barca d'Alva, Salamanca - Fuentes de

Oñoro, la línea que unía la capital con Medina del Campo, la que enlazaba Salamanca con Ávila por Peñaranda de Bracamonte y el recorrido que seguía la ruta ferroviaria de La Plata -de Béjar a Salamanca y de aquí a Zamora-.

y techada con tejas) se conserva en un envidiable estado. La cal brilla al sol y las ventanas verdes están selladas, para evitar tentaciones de hacer el salvaje en su interior. La vegetación, eso sí, ha tomado posesión de los alrededores, como lo ha hecho de las vías que las unen.

De la de Arapiles, en la actualidad, tan sólo quedan restos de su plataforma. Según explica el alcalde, Blas Jiménez, el inmueble y cinco viviendas para ferroviarios que se encontraban en su entorno fueron derribados a principios de la década de 1990 a instancias del Ayuntamiento. «El edificio se había convertido en un foco de drogadicción. Renfe tapió puertas y ventanas, pero los gamberros abrieron agujeros para entrar en la estación», explica Jiménez.

Próximamente, dentro del proyecto de recuperación turística del campo de batalla de Los Arapiles, el Consistorio tiene previsto habilitar un aparcamiento para autobuses y turismos en la zona que ocupaba la antigua estación.

Otra de las estaciones que ha sufrido los rigores del cierre del ferrocarril de la Ruta de la Plata es la de Valdunciel. Desde que dejó de dar servicios a los viajeros, las instalaciones se han utilizado para diversos fines, como reuniones de asociaciones y diferentes actos. En la actualidad, se conserva en régimen de alquiler para uso de algunos particulares, que así evitan, en la medida de lo posible, la ruina del edificio.

Rutas hacia Portugal

Los tiempos áureos del ferrocarril dejaron su impronta en el levantamiento de estaciones en cada pueblo, por muy pequeño que fuera, incluso se crearon apeaderos en fincas particulares, caso de Hincapié o El Collado, favoreciendo intereses de los propietarios.

De aquella red ahora se mantienen con vida un racimo de estaciones que funcionan parcialmente, salvo la excepción de Fuentes de Oñoro, que cuenta con un mayor trasiego, y la de Ciudad Rodrigo, rehabilitada hace unos años pero que ha ido perdiendo enteros por la disminución del transporte de viajeros. Asimismo, de forma parcial, también funciona la estación de La Fuente de San Esteban, cuyas instalaciones en desuso han sido solicitadas a Renfe por el Ayuntamiento, aunque de momento éste no ha encontrado respuesta.

Del resto, la gran mayoría son esqueletos en los que de vez en cuando algún tren se detiene por motivos logísticos. Incluso, la mayor parte de los apeaderos fueron destruidos por la propia Renfe hace unos años, evitando de esa forma problemas añadidos de seguridad y mantenimiento.

Las estructuras de las estaciones son evidentes en la mayor parte de los pueblos que cruza la línea férrea desde Fuentes de Oñoro hasta La Fuente de San Esteban, en donde destacan Sancti Spíritus y Martín de Yeltes, que conservan en buena parte sus antiguas referencias. Pero otras están abandonadas, cediendo sus esqueletos por el desuso y la inoperancia.

En este apartado se pueden incluir todas las estaciones de la comarca mirobrigense afectadas por el antiguo ferrocarril de La Fuente de San Esteban a Barca d'Alva, caso de Boada o Villares de Yeltes.

La estación de Alba de Tormes presenta un deteriorado aspecto. MARTÍN

La vegetación envuelve el edificio de La Maya, en buen estado. MARTÍN

La estación de Béjar se reconvirtió en centro recreativo. TORRICO

Peñaranda de Bracamonte ha visto reducir sus servicios en los últimos años.

En Ciudad Rodrigo aún hay actividad. VICENTE

La estación de Lumbrales, comida por las zarzas.

Actuaciones de rehabilitación en edificios emblemáticos

Centros de turismo rural o áreas recreativas son algunos de los usos dados a las estaciones

- corresponsales -
salamanca

Espeja es uno de los referentes en la comarca mirobrigense por haber sabido dar uso a la vieja estación. El Ayuntamiento consiguió su cesión para crear un centro de turismo rural, que ahora es explotado por la Fundación Naturaleza y Hombre. Es la única referencia de la red de estaciones de la comarca que ha sido reutilizada para otros usos tras su rehabilitación.

En la línea de ferrocarril Salamanca-Ávila tan sólo la estación de Peñaranda cuenta con personal mientras que las de Villar de Gallimazo y Babilafuente no lo tienen aunque se consideran como abiertas y operativas. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha llevado a cabo recientemente las obras de rehabilitación integral del edificio de la estación de la localidad peñarandina con un presupuesto de 74.240 euros. La inversión se suma a la efectuada el pasado año cuando se destinaron 26.199 euros en la reparación y sustitución del alumbrado exterior y de los andenes. En este caso se ha colocado una nueva cubierta con la

máxima garantía de cubrición y estanqueidad. La taquilla de venta de billetes se derribó con el objetivo de ampliar el espacio del Gabinete de Circulación y se ha limpiado la fachada de fábrica de cantería.

La estación de Béjar permaneció completamente abandonada desde que fue cerrada la línea férrea en el año 1985 hasta que, hace cinco años, el Ayuntamiento de Béjar consiguió la cesión temporal de las instalaciones por parte de Renfe, y en colaboración con la Diputación realizó unas importantes obras para convertir el edificio central y algunas de las naves o almacenes en un amplio centro recreativo y cultural especialmente destinado a los jóvenes de la ciudad. En las naves se instaló una amplia sala de juegos, con bolera incluida, y en el edificio central se dispuso un centro juvenil con sala de ordenadores, una pequeña biblioteca y sala de reuniones. Las instalaciones han acogido actividades destinadas a jóvenes hasta que, el pasado mes de noviembre, fue cerrada la parte del centro juvenil y entregada a la Fundación Premysa para que pudiera realizar sus actividades formativas.

La vieja estación de Espeja es ahora un centro de turismo rural. VICENTE

Uno de los puentes que conduce a uno de los 20 túneles del singular trazado férreo. CORREDERA

Un recorrido más seguro por los túneles y puentes

23 años después de su cierre se anuncia la primera actuación en la vía La Fuente-Barca

Cultural con categoría de Monumento.

Terreno

La orografía de un terreno arribeño, con montañas, grandes pendientes y un desnivel de más de 300 metros entre la estación de La Fregeneda y el puente internacional levantado sobre el río Águeda en Vega Terrón, obligó a construir 13 puentes de hierro, de estructura de la escuela Eiffel, y a oradar 20 túneles en las montañas o riscos del terreno.

A pesar del mal estado de la infraestructura viaria en algunos puntos, desde su cierre y aún hoy son muchas las personas que se atreven a recorrer a pie este tramo, conocido como la Ruta de los Túneles y Puentes.

Acondicionamiento peatonal

Esta ruta va a poder recorrerse con más seguridad a finales de este año, tras la ejecución del proyecto de peatonalización de este tramo, promovido por la Diputación a través del Plan de Dina- mización de la Zona Sur de las Arribes del Duero.

Las actuaciones previstas pasan por la limpieza general de la plataforma de restos de piedra y vegetación, así como la reposición de traviesas. En los puentes se repondrán los paseos central y lateral y la barandillas, para facilitar sus recorrido. En los túneles se colocarán nuevas dovelas. La instalación de señales informativas y dos plataformas para el acceso de minusválidos.

La apuesta de Camino de Hierro

El colectivo Camino de Hierro, surgido en el IES Tierras de Abadengo de Lumbrales, lleva desde el año 2003 reivindicando la recuperación de la vía y todas las infraestructura ferroviarias de la línea La Fuente de San Esteban-Barca d'Alba. El objetivo no es sólo la preservación de este importante patrimonio cultural, BIC, sino la reutilización de toda la línea como foco de atracción turística, cultural y lúdica, un revulsivo económico fundamental para la zona oeste de la provincia.

En esta línea de motor de desarrollo estaría complementado con el rico patrimonio cultural y natural de la zona, enclavada en el Parque Natural de Las Arribes del Duero, y con las posibilidades que pudiera ofrecer el muelle fluvial de Vega Terrón. La recuperación de esta vía está siendo objeto de controversia entre el Gobierno central, La Junta y la Diputación de Salamanca, que siguen sin concretar una actuación global.

- ESTER CORREDERA. -
lumbrales

Hace ahora 23 años, el día 1 de enero de 1985, se cerraba al tráfico de personas y mercancías la línea férrea La Fuente de San Esteban-Barca d'Alva, la primera parte de La Línea del Duero, construida con financiación de Portugal y España, y que durante casi un siglo comunicó Salamanca con Oporto. Desde su inauguración, el 8 de diciembre de 1887, el ferrocarril actuó como elemento vertebrador de la zona noroeste de la provincia, facilitó el intercambio económico y cultural y suavizó, en parte, el alejamiento de esta zona de frontera respecto a los flujos económicos y de poder provincial, regional y nacional. En enero de 1985, el Gobierno central de España cerró esta línea férrea, aduciendo su baja rentabilidad económica.

Desde entonces, la falta de renovación y conservación del material ferroviario, propiedad de Renfe (hoy Adif), el vandalismo y el paso del tiempo han provocado un importante deterioro en las infraestructuras, deterioro especialmente notable en las nueve estaciones de esta línea: La Fuente de San Esteban, Boada, Villares de Yeltes, Villavieja de Yeltes, Bogajo, Olmedo-Cerralbo, Lumbrales, Hinojosa de Duero y La Fregeneda.

El deterioro también es cada vez más patente en el singular trazado de los últimos 17 kilómetros de la línea, desde La Fregeneda a Vega Terrón, una relevante obra de ingeniería ferroviaria de finales del siglo XIX, que fue reconocido en el año 2000 por el Ministerio de Educación y Cultura con la declaración de Bien de Interés